Ser vegetariano no significa solamente no comer carne ni pescado, sino, al mismo tiempo, comer alimentos sanos e integrales, lo cual equivale a disponer de una gran variedad de alimentos.
La mayor parte de estos alimentos son sobradamente conocidos: verduras y patatas, arroz y pasta, judías, guisantes, garbanzos y lentejas, cereales, leche y productos lácteos y huevos. Y, como complemento, el sabroso y nutritivo tofu y los brotes de frutos y cereales.
La papa: Este alimento desempeña un papel muy importante en la cocina vegetariana por su alto contenido en sustancias codificables, que permiten aportar al organismo justamente las calorías que necesita.
Su contenido en proteínas vegetales, por ejemplo, permite, en combinación con la leche, el queso o los huevos, un aporte proteico superior al de un plato de carne.
Verduras variadas: Deben comerse tanto cocidas como en crudo (en un 40%). En ninguna comida debe faltar un plato de entrada o entremeses a base de verdura cruda con el fin de estimular la digestión y atenuar la primera sensación de hambre. Las hortalizas crudas contienen mucha fibra.
Algunos tipos de verduras no deben comerse en crudo, como tampoco las setas.