Una hermosa historia de superación luce como ninguna en el deporte vernáculo. Javi Lorenzo, integrante del Adargoma juvenil, ya con un 5% de visión por su ceguera degenerativa, acude cada día a entrenarse con sus compañeros al terrero de La Presa. «Me encanta practicar y esto me ha permitido disfrutar muchísimo», reconoce.
Captado en la escuela, Javi acumula ya seis de sus dieciocho años enrolado en el histórico club capitalino. Su destreza sobre la arena le ha llevado a formar parte de la selección grancanaria y a ser en categorías inferiores una de las sensaciones del panorama isleño. Ahora, aplicado estudiante universitario de Empresariales y Derecho, mantiene su pujanza a la espera de si el próximo verano le fichan para el equipo senior. «Si fuera por dinero, hace tiempo que no estaría en el Adargoma, pero estoy en mi barrio, con mis amigos, soy feliz y me siento identificado con este club. Los libros me quitan cada vez más tiempo, pero siempre que puedo, vengo a ejercitarme», asegura henchido de ilusión. No son pocas las dificultades que ha tenido que derribar, empezando por las reservas federativas iniciales para diligenciarle la ficha, pasando por el entusiasmo diario que ha de renovar para mantener su entusiasmo inigualable.
